LA CONSECUCIÓN
LÓGICA DEL POR QUÉ DE LAS COSAS
O EL
ANGULO DIEDRO DE LAS SITUACIONES
HACIA UNA QUINTA DIMENSIÓN
Las secuelas
de la historia han deshecho la voluntad de todo aquello que ha sido bueno para
la misma historia, por el desecho del por qué en un rumbo tenaz que el hombre
no ha entendido ni ha encontrado.
Podríamos
divagar matemáticamente o desde cualquier apartado de la física trascendental
hacia dónde quiere ir el hombre o qué ha sido el hombre en la historia para él
mismo, donde la relación de las cosas no va más allá de los caminos del tiempo
que han sido una barrera para él.
Los
metafísicos entendemos que matemáticamente todo viene a ser el reflejo del
tiempo y angular que puede ser visto a través de un reflector, o la mirada del
tiempo hacia nosotros.
Podríamos
pensar de otra manera qué es el tiempo que nos mira, sustantivamente se ha
apaciguado en las distancias más cortas que en las lejanas. Se sigue
investigando camino a un tope, y ese tope no ha existido, todos los caminos
rumbo a la investigación son todos los lugares a la vez, con una trayectoria
diferente o por muy difusa que sea, el estudio de las ciencias difusas es lo
más profundo y lo más hondo que puede encontrarse desde una fosa socavada, pero
nunca podremos llegar al núcleo, sino lo que hacemos es pulsar un tiempo más en
las distancias hasta el fondo.
Ante el
riesgo de la vida el hombre siempre ha defendido su ser, no por miedo a la vida
sino por miedo a la muerte, y porque ha defendido la vida y ha amado la vida
totalmente oscura desde un precipicio a veces en los episodios más negros que
acontecen a nuestras hazañas, con posible riesgo de accidente o enfermedad.
Hasta ahora
se ha entendido por el filósofo Descartes una cuarta dimensión, pero podríamos
sellar una quinta dimensión poligonal dentro del pasaje de nuestra vida, o lo
que quiere decir el tiempo, y lo que a la vez nos dice a nosotros, como si
fuera un torbellino que nos apabulla. La vida, nuestra vida, tiene un acento
morfológico y a la vez una nota musical en el timbre de nuestra voz junto a un
proceso de lucha que a la vez es un cuadro con fugacidad hacia el tiempo, y
nuestra vida es un polígono diedro con fase angular que precisa la sincronía
del tiempo en los mundos como centro de atracción de los mismos, por nuestro
impulso aferrado a todo lo que hemos visto en las pantallas del universo, el
firmamento y una voz sobrenatural, que es todo aquello que suplanta a lo que
nosotros pensamos o decimos, decimos por cuanto nuestra conciencia estando o no
tranquila nos distribuye toda una llamarada de ideas hacia nuestro pensamiento,
entendimiento, similitud y relaciones, como un ángulo recto en la fase angular
de un polígono diedro que relaciona todas las bases y dimensiones que cualquier
figura geométrica podría llevarse a cabo, y a la vez la visión biológica que
transporta el ritmo licuado de nuestra vida como fulgor antagónico de las fases
del sonido, de la luz, de la energía, de la singularidad, de la pluralidad, y
toda una semántica que sistematiza todo lo que es nuestra energía en el ángulo
de la realidad, procesos del tiempo y un campo que tiene un sentido distinto a
como puede pensar todo lo que vemos en sí, o dentro de nosotros.
O LA RELACIÓN TEMPORAL DE NUESTROS PROCESOS EN LA DIFICULTAD DE NUESTRO CAMINO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario