Hasta en lo que llevamos conocido
astronómicamente por los siglos, el universo
ha sido una constante con principio decimal donde sólo
han existido fenómenos ríos caudalosos y
preguntas sin respuesta que han estado y están presentes a lo largo de la
historia de la filosofía y de la astronomía.
El universo ha sido indivisible y
a la vez un océano de fenómenos. Volcanes, terremotos tormentas explosivas y
choques de galaxias que no han dejado de dinamitar unas contra otras.
Los campos
teóricos, las tesis y las
hipótesis formuladas por los
científicos y filósofos
hasta ahora existentes han demostrado que la vida es una distancia entre todas que
junto a la misma existen
planetas galaxias y constelaciones. Aclarativamente, un campo vibratorio que trasmite
luz alumbrada por el resplandor
y la luminosidad existente en la tierra
con morfología diminuta
fugacidad y movimiento.
Dicho todo esto el universo
es un campo explosivo sumergido entre todos los fangos del tiempo en el
que la razón, el principio de todas
las secuencias y consecuencias
físicas son un campo mórfico de disección en el que existen las mismas frecuencias
estacionales que en la tierra.
Las estaciones son un campo astrofísico
direccional que rota en torno a las distancias los tratados
terráqueos de singularidad y polaridad
sobre los cuales brilla la función
biológica que
hace latir la persistencia de
la vida y
la plenitud espacial.
La sucesión de los días
y de las
noches son un área
dimensional que trasparenta y trasluce
el aura y los
procesos de la vida, la exposición
de los campos oscuros que no parte
de otra cosa más
que de procesos de ocultación luminosa
de las llamadas
funciones dl abismo cósmico
como parte del firmamento sumergido
cronológicamente en el
fango del tiempo con composición
fogosa gasógena aérea y funciones
etéreas .
La vida y el universo son el elemento trasparente de funciones
vivaces fugaces luminosa
u y fogosas de
expansividad densidad energía
y maleabilidad en
los principios físicos
de permanencia y
contraste que se
formuliza de forma rotativa cuyas funciones expuestas
en los núcleos
son diametralmente opuestas
y transformadas por
la persecución luminógena sonora
sobre la acción de la
gravedad y la
fuerza de atracción
magnética explicativa del
tiempo que no
ha dejado de latir con toda su candensidad en
torno a la centrifugación cósmica
y gravedad espacial . las hipótesis
de las fases cósmicas de acción sobre la densidad
y la se procesan
, con la
misma intensidad aceleración tenacidad
movimiento y corpuscularidad sobre
la vivacidad de
la materia las formulaciones aéreas
y distancias con fase numérica
en las que la densidad,
la fuerza la gravedad y la
energía magnética intracósmica
y terráquea acceden con
las fases de
intensidad en la que el
incremento de las funciones
magnéticas en el espacio
y el tiempo son la
misma fuerza centrifuga
del cosmos que relaciona
todas las funciones del
universo en las que la vida y sus centros
junto a la expansividad de nuestra
inteligencia son el eje y centro de todas
las distancias espaciales uniendo
todos los espacios y términos de la
razón como una fase corpuscular de intensidad y vivacidad fulminante que mira al universo y a la vez
con una mirada a nuestros sueños y a nuestra armonía palpitante
ante la soledad de los años y de nuestra vida. EL UNIVERSO
O LA VOZ COSMICA DEL TIEMPO
HABLA POR NOSOTROS.
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