LA LEJANÍA. UN LUGAR QUE HABITA EN NOSOTROS.
El DESTINO Y SUS INCIDENCIAS
La lejanía es un lugar que habita en nosotros. Un círculo cuántico en el planisferio de la vida.
No podemos dejar de ver la
realidad desde el plano hemisferio de
las cosas si no fijamos nuestra mirada en el centro, marcado por el tiempo y la
misma realidad.
La acción de la realidad es un núcleo
muy marcado unido a la presencia de todo cuanto nos rodea. Llamémosle presencia,
imágenes, sentido común, apoyo de
convergencia o destino.
Pero tampoco por años que hemos vivido hemos
llegado a saber desde cualquier área lo que es la perspectiva del destino.
El sentido de la relación marcado por la
historia junto a nuestra trayectoria y rumbo
por nuestro mundo que rodea a una trayectoria muy profunda en cualquier
estatus de vida en el que se ha demarcado el ser.
La igualdad de coincidencias, la
empatía social, los círculos sociales que hacen recurrir a nuestra moral y toda
nuestra presencia en el tiempo.
La capacidad de expresión demarca
un entorno comunicativo, denota nuestra acción a caminar en el mejor de los
caminos y rumbos marcados por la estética de las cosas, la belleza y un entorno
multicolor que rodea la física de la ley de proporciones hasta los más alejados
mundos donde ha llegado la inteligencia del ser. La computación galáctica o
alfa numérica de lejanía en los espacios lejanos, en las distancias lejanas o
esa lejanía que habita en nosotros.
Normalmente antes de empezar a caminar, desde
ver toda huella y toda dimensión no tenemos por qué temer al vacío ni a los
misterios del vacío.
Lo mismo que el hombre se ha
lanzado al vacío desde un avión o desde
un cometa cayendo al suelo por la gravedad.
Ha puesto pie en el espacio en
torno al lanzamiento del vacío.
El entorno al vacío es la parte
proporcional de las distancias a la lejanía. Si así podemos entender una ley cuántica
formulada por nosotros y una ley que atraviesa nuestro destino.
Una formula de coincidencia en
el camino y un encuentro de
consecuencias que transporta nuestro ser.
Las fabulas de cuando éramos
chicos estudiantes de escuelas y pensar que esa fabula hizo llegar a un
encuentro con nosotros en el que la vida es algo así como un encuentro entre los reinos de la naturaleza
que a posteriori marcan el pasado el presente y el futuro junto a la
dinamización corpuscular donde el reino de lo etéreo es también un libro y u n
encuentro que funambulesca todo un panorama afín a lo que nuestra consecuencia
temporal a la vida es no una fabula pasajera sino un acelerador que pisamos para
una relación de cosas que enmarcan las ideas y las formulas.
Desde la
propia universalidad partimos de una base de consecuencias que forman
parte de un denominador común que están dentro de los círculos del tiempo. O todo un resultado que nos adentra a saber
todos los acontecimientos que han fraccionado la realidad de las cosas, un campo
muy disciplinado cuya causa no deja de
verse.
Todo aquello que deriva a la
acción de un campo procesal es a la vez un mundo represivo donde la ley le pone
una valla a nuestro destino.
Podríamos decir así que la lejanía es un campo matemático decimal y el destino es
el resultado de esa derivada o de esa lejanía que nos adentra y nos absorbe.
Los campos milimétricos y
decimales son a la vez un encuentro experimental de desarrollo que parte de un
lugar y determina en otro que a la vez iniciase su trayecto.
No podemos saber cuál es nuestro destino ni donde termina sino en un
encuentro pasado por nuestra imaginación y magnético desde todos los campos de
la cinemática y su precisión final y un cuerpo expuesto a la precesión de la libertad. A la vez un encuentro en las distancias.
Un numero decimal y a la vez mixto que termina en un proceso donde la vida
es algo más que un campo terrenal cuya superficie no es solo el mundo que
pisamos sino un atardecer que nos despierta a la vez, como corre el agua de un
rio desde su nacimiento y ver correr
desde su manantial.
Nuestro destino es un choque con la
vida y a la vez con la muerte aunque no sabemos donde termina todo ese
pasaje tan tumultuoso.
Muchas lagrimas han corrido en el
tiempo y en la historia para nunca ver el ser excepto cuando se ve de
forma visible correr por los ojos de
nuestro adversario sino saber que aunque
sea incompatible también es la voz de
nuestro camino, el numero que multiplica nuestra presencia y nuestro ser que
escribe y esgrime nuestro rostro enjuagado por todo un énfasis que le hace
sufrir.
Ni los países más poderosos sabrán
nunca el criterio paramétrico dimensional Si no se encuentras una base humana o
humanista.
Saber a ciencia cierta desde la física
de partículas. Cual puede ser la consecuencia que cualifica al ser como una
distancia como las dimensiones ya no encuentran formulas para medir números y esos números sean a la
vez el resultado de todos a la par.
PRINCIPIA A SECUENCIA
NUMÉRICA ET SIMPOSIUM
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