jueves, 8 de agosto de 2013

NUESTRA VIDA Y LA TIERRA UN EMBLEMA PARA LA LIBERTAD. ENTRE LA REALIDAD Y EL COSMOS O EL LATIDO CRÍTICO DEL TIEMPO.


 El universo y el cerebro en  la clave cuántica del  mismo es un espejo óptico que coadiva todos  los factores  expansivos  de la velocidad,  del complot armamentístico  de choque magnético entre cuerpos y áreas interdifusas de telemecanismo magnético y polarizado  como si fuera el  diferencial de un campo expansivo sobre un vector circular y un eje planetario que bifurca  todos los componentes  de una fuerza cósmica magnética e idieofuga que sistematiza todas las vertientes y barreras  de la locomoción  temporal  en la que el elemento activo  de funciones  activa  el reflejo  de algo presente en el preliminar de nuestra vida o porque la tierra está en el punto geométrico del universo donde se encuentra y nos encontramos ensoñada desde todas las latitudes  aéreas  de gravitación  intercosmicas en esa amalgama temporal  en la ruptura de nuestra civilización  o el arte rupestre de la misma.
En el ensamblaje cósmico de persistencia disuasoria en el infinito  que parte de todas nuestras funciones interplanetarias.
Desde saber cual podría ser nuestro destino en el tiempo o existiera una formula física para hallarlo.
 Y cuáles son los motores que nos permiten e impulsan  a pensar en el tiempo y los compases  de nuestro paso por la vida.
 Un relato por todo el proceso  de la creación y a la vez  un elemento vivo  que deambula por nuestra trayectoria y los compases  de la realidad.
Un elemento distinto  cristalino  que formula todas las fases  del universo  y de nuestra vida  de los mundos y de nuestra existencia.
Como una galaxia  puede ser un centro  de estrellas  y a la vez  que determina  que los cuerpos sean una distancia longitudinal  de intensidad luminosa que formuliza nuestro paso por la existencia o el reflector de todas las funciones residuales  de afección a nuestra sensibilidad como si fuera un cuerpo flotante galáctico que expansionaliza el ser por la fluctuencIa de su presencia en la vida y en la estación en la que está expuesto como una lámpara luminosa en el centro  de la creación.





NUESTRA VIDA Y LA TIERRA   UN EMBLEMNA  PARA  LA  LIBERTAD.
ENTRE  LA REALIDAD  Y EL COSMOS  O EL  LATIDO CRÍTICO  DEL TIEMPO


La creación ha sido un reflejo  luminoso sobre  las funciones existenciales  de  la vida  y  de  la tierra.
Un orden  numérico  y cuántico que se compagina en el orden  del cosmos ya que el cosmos numéricamente es un campo  de incidencia sobre los campos físicos  y de la vida  de anomalía y secuencia  fotográfica horizontal  en las líneas pasajeras  de nuestra vida  de nuestras virtudes y  de nuestras imágenes como  una precognición decisiva que ilumina todo el motor  de la creación  y  de los campos magnéticos estelares diminutos que tienen  una concurrencia indivisible sobre todas las  demás áreas  de choque  en el universo.
Pero ¿Cómo podríamos ver el universo desde un  mundo en el que la lógica nos permitiera encontrar  un  campo en el que se supiera  toda  la verdad  de la existencia como una secuela  de nuestro  raciocinio?
Si nuestro universo desapareciera geocéntricamente podría formarse otro nuevo y un mundo distinto al que vivimos o desde el principio  de la creación el universo es el centro  de todos los centros y la tierra a solo  un punto distancial  que refleja todas  las distancias y todas las  dimensiones por ser el lugar donde afirmativamente según las sagradas escrituras  y el orden teológico de nuestra vida la inteligencia es al mismo tiempo el orden no solamente de la vida en la tierra  sino un orden astronómico de persistencia luminogena que difunde todos los emblemas planetarios. Lo que puede ser un número par con base infinita pero de orden indefinido.

Algo asi es el universo. Un campo infinito pero definido en el orden del tiempo con pesistencia decimhttps://www.youtube.com/watch?v=Eczm68IahxYal sino existirían las dimensiones físicas ni se hallaría ningún plano pleyadiano ni metafísico sobre el orden  de los mundos y de la creación y  al mismo tiempo el orden tiene  una  partitura dimensional en el infinito  con persistencia correlativa transformatoria que inteligiblemente definiría todos  los centros afirmados  como la distancia entre unos cuerpos y otros entre todo tipo de precisión y energía o la energía absoluta en todos los campos de acción.


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