Existe algo más allá de la vida y desde un mundo transcendental que sucumbe al tiempo, al mundo, al infinito, y a todo cuanto somos.
Un mundo más allá de la vida que persiste en el tiempo y en el infinito.
Que
nos precedido antes de la vida, momentos en el tiempo, en los que ya
hemos estado en otros confines de los mundos antes de haber venido a
la vida, traspuestos a la casualidad y las causas universales que
para nosotros siguen siendo desconocidas, donde la inercia del tiempo
nos transportó y nos trajo a la vida terrenal, mediante el vínculo de
unión de nuestros padres o la idea funcional de un mundo biológico,
biogeno y, por encima de todo, vital y espiritual, transmutable,
por el que hemos existido en el tiempo.
Un mundo candente,
alcalogeno, transformatorio, y más o menos perfecto, transcendental,
lleno de vicisitudes, por el que hemos existido. Partiendo de la idea
donde todo ha sido un campo imperfecto.
La eternidad siempre ha existido y existirá mediante un función infinitesimal y dimensional, donde la existencia del creador ha sido verdad por muchas suposiciones matemáticas, geométricas o astrofísicas que hayan existido, creadas númericamente y cosmológicamente por el hombre.
¿Pero cómo hallar la partitura del tiempo?.
Si el tiempo es un óceano inmenso, como el interinario metáfiscico, la primera pregunta es: ¿De dónde partimos? ¿Qué nos ha traído hasta aquí?.
Estamos ubicados en un lugar presente en el universo que ha existido después de formarse el caos y el tiempo cósmico que aunque partido de una explosión ya existía y posiblemente ya existía el hombre antes de crearse de lo que hubieses sido tal vez hombres es forma de ángeles. Hasta que el creador buscó la perfección en el momento de crearnos.
No partimos de una especie animal ni el mono evolucionó como animal, ya que de hecho el mono sigue siendo una especie animal y el hombre sigue siendo hombre, y tampoco existio ni ha existido una especia alienígena que se parezca a nosotros a la raza humana y hemos existido siempre en el tiempo antes de venir a la Tierra, lo que el universo nos ha transformado por las corrientes de la evolución cósmica.
¿Cómo desde el punto de vista de la evolución cósmica y de la metafísica podemos demostrar que Dios existe de verdad?.
Habría que hallar el coeficiente 0 desde la analogía que formuliza la existencia de las cosas y que para todo hay una causa y un efecto, también existe un principio de fuga y una irradiación de la misma energía que propulse una temperatura y la active en los espacios inicuos de la morada del tiempo, donde ha estado oculto Dios a lo largo dela existencia de los mundos y que se puede experimentar analógicamente como un ser perfecto que lo ha creado todo.
Todo estaba oscuro, aunque no existen filosofías que lo vieran, la suposición de un mundo oscuro en los fangos cósmicos del tiempo y penetrar en ellos es sumamente imposible, ya que es muy difícil tomar medidas donde no se ve.
Podríamos buscar cual es el origen de la causa por la cual se la producido la existencia y el cosmos, aunque no hubiera tiempo para formarse la causa, el caos, el principio del caos, las funciones del caos, el abismo, y podríamos penetrar en las funciones del vacío para comprobar que la nada era el mismo vacío absoluto, composición trancen detal que se expandió y calentó, formando así la temperatura y la energía, los campos magnéticos y la misma gravedad sobre la inercia que hizo calentar la temperatura, explotar la temperatura hasta explotar el vacío.
Existe un principio de causa por el cual existió un principio de fuga.
Morolamente y analíticamente desde el punto de visto teológico y cósmico decir que no existe nada es negar la vida eterna y negar la eternidad.
¿Pero que causa tiene quien dice que eternidad no existe? Pero el alma y nuestro espíritu profundizando en la materia no tiene principio metamórfico ni transformatorio ya que estamos inmersos en una relación biotranformatoria con origen y esencia cósmica transpuesta a todo lo transcendente.
La leyes naturales y existenciales no son solo los principios biológicos, biometamorficos y nuestro ente no es un campo transformatorio o mortuorio después de nuestra vida y que cuando el ente muera se acabo todo, ya que en realidad no es así. Los mismos fangos cósmicos de los que hemos partido mecánicamente transportan nuestra conciencia y nuestra neuma hacia dimensiones desconocidas por el conocimiento y que además no existe ley física ni universal, ni tampoco se puede dilucidar la capacidad inmente de nuestro ente, como de nuestra conciencia, como de nuestra neuma y de nuestra psique. Va más allá de todo eso y va más allá de la vida, también más allá de los campos de la física dimensional, disaclaratoria y de los campos de fuga, de tranformación entre la misma inercia y los campos magnéticos de repulsión sobre la misma energía donde alfa es igual a omega y omega sería igual a alfa partido por sigma a la cuarta que desembocaría en el infinito.
Nuestra capacidad desembocaría donde se desencadena la propagación del infinito hasta el cociente de la eternidad.
Donde ya no existe reglas ni dimesiones y el abismo sería un mundo oscuro y eterno del cual partió el universo y el firmamento.
A la luz podríamos llamarle cielo a la oscuridad abismo. Dos mundos que nunca acaban y que son un océano perpetuo en los fangos cósmicos del tiempo.
Aclaratoriamente, partimos de una base cósmica alquímica de agua, aire, fuego, tierra y éter donde la vida es un conglomerado violento donde estamos condenados por los pecados mortales y una lucha constante propagada por lucifer entre el bien y el mal, secuestrados por el mundo de las leyes, mal conocimiento de la vida, de nuestros raciocinio, causa de la represión y falta de libertad. Y porque en la vida estamos solos en el tiempo y donde nos hemos encontrado solos al partir de todas las distancias psíquicas y anacrotemporales podamos verlo desde cualquier dimisión de nuestra vida, incluida la social por muy cerca que estemos unos de otros, donde desde nuestra capacidad de raciocinio y nuestro ente racional nos impulsa a vivir.
Ya cuando Dios creó el universo el tiempo estaba solo y posiblemente Dios estuviera solo, luego creó los ángeles con un fin y ese fin es la causa de ver una armonía distinta en la soledad del tiempo que causa tristeza y angustia y que transporta todas las bases macrofísicas y multidimensionales en la perpetuidad de los mundos y donde la eternidad es un océano perpetuo con causa, efecto y movimiento, desde los cuales nuestra vida es la cusa de una sustancia que se propulsó y esa sustancia se expandió en el tiempo, por lo cual el tiempo es una causa sustancial que partió de algo que siempre ha existido y que nunca ha terminado, con una energía dispersable con luminosidad y temperatura sumergida en los fangos cósmicos y en los océanos del tiempo, más allá del tiempo, más allá de todo lo físico y de todo lo creado. Un mundo metafísico transformatorio y un mundo eterno que nunca termina.
ETERNIDAD
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