SOBRE LOS LIBROS Y LA VIDA
¡Cuán importante es pensar y
decir qué grande es la vida! Pero es más grande la vida como un libro abierto
en una página para la esencia de la misma.
También es importante por su
grandeza saber que un buen libro es parte de nuestra importancia, el saber, las
condiciones de las imágenes del tiempo y la pasión por poder vivir que todo lo
que necesitamos.
Un libro es la parte desconocida
del conocimiento del hombre para encontrar los estados más puros que existen,
incluyendo la sensibilidad junto al poder que recurre a seguir siendo el propio
poder de tener más fuerza y resistencia que todo lo demás, recurriendo al
tiempo como sombra y esperanza de todo camino que ocupa el mundo de los
letrados. Levantarán, hincharán, para entender que en los libros no está todo
lo que deberíamos aprender o entender de las cosas.
Pocos sabemos desde nuestro
entendimiento, como parte de nuestra conciencia y de nuestro intelecto.
Saber que en nuestra consciencia
está la línea intelectual del ser sobre la misma y la evolución cósmica. Una
relación entre el ser y las cosas, y una plataforma pletórica del sentido
común, que tiene que manifestarse por encima de todas las fuentes y factores
inmersos a nuestra sociedad y a un campo a la vez inalienable.
Lo que se entiende por todo lo
que es la frontera del conocimiento.
Todos sabemos algo de todo, y
podíamos tener a la vez miedos que ensanchan el encontrar por otros
interlocutores, pero las bases sustanciales del ser especializado son no poder
pensar, porque a pesar de todo en nuestra morada nadie es superior a nadie ni a
nada.
La consecuencia más negativa es
no entender todo aquello que va en contra de nuestra inteligencia, una
catástrofe social, una guerra, un terremoto, etc.
El mundo del alma, de la psique,
que todavía en esa línea imaginable que enseña nuestra vida con nuestras
fronteras que siempre debiéramos de entender creer y ensalzar nuestro ser con
el lema “conocimiento y expresión”, o decir que el que quiera vaya a la bondad
y a la unidad de la misericordia, como una verdadera unificación entre la moral
y la lógica, junto a la propia sabiduría.
El sentido del conocer el
sufrimiento, la tragedia de nuestro propio sufrimiento, y cuanto nos aísla, ya
que el alma distribuye una función psíquica del corazón junto al placer de todo
lo que nos rodea.
Cuando desde nuestro pasado
fueron los lugares del tiempo un transcurso por el cual partimos, y nuestra
composición cuántica que encuentra que la base de la vida radica en la familia
y el trabajo de nuestros días.
El trabajo es lo más importante
de todas las áreas por encima de las pasionales y de la plenitud de los campos
del espíritu.
Obtener de nuestros momentos
proletarios el razonar que se entiende desde un encuentro confidencial, a pesar
de escribir el entendimiento que existe ante un clima callado del vacío de
nuestro propio silencio de nuestra vida. Un campo no matemático que se entiende
por dar a entender, necesitar lo que sabemos como una relación binaria de los
campos temporales y postemporales que unifican el porqué de las posiciones o
movimientos donde se encuentra la llave de la concepción, y se encuentra que el
hombre ha tenido que realizar.
Memoria diferencial desde
cualquier lema que ha podido llegar a la historia. Proletarios de todos los
países, uníos, de Marx y Engels, hasta el lema socialista francés más logrado.
Liberté, égalité, fraternité.
Son lemas de estabilidad,
unificación, fraternidad de los centros y campos humanos donde el hombre realiza
su vida junto a la transposición y transversión de todo lo que rodea a la
historia, cuando la vida entra en un campo de relación de las cosas junto a
todo cuanto le rodea. En forma de nuestro paso por la vida desde un
planteamiento formado como tendencia consecutiva del sentido de la realidad
sobre las cosas.
Ya se han unido los factores
socio-psíquicos referentes al tiempo y a la vida que, unificada y persuadida
por el materialismo, algún día dispersable por el método de la razón y de la
unidad esencial del hombre, del tiempo sobre las circunstancias.
Todo lo que ha sido nuestra vida
lo han sido también los libros, expresados en el tiempo como una matemática
cronológica que se pierde en la noche de los tiempos.
Es de comprobar si existió una
torre de Babel donde se confundieron las lenguas, y toda unión que ha hecho la
fuerza habiéndose visto topados por el lema del capital y la sinrazón.
Tanto el campo de la razón como
el de la sinrazón son áreas radicales que conducen a un campo radical en el
infinito.
La razón se basa en las formas y
pasajes de una física que rompe con los mismos artilugios del mundo somático y
corpóreo hasta las máximas alturas, y desde las máximas escrituras lleva un
componente psíquico sobre la realidad.
Todo se ve de color pero sabemos
lo que se entiende por aquellas fórmulas que plantea la libertad, que son las
más cercanas hacia el mundo del consejo del raciocinio.
Todo lo que pasa por nuestro
pensamiento es el punto más profundo entre la memoria y nuestra conciencia.
La consecución matemática de las
cosas es no estar en el porqué de la solidaridad presente en todo lo que ha
sido la persecución de la vida sobre el tiempo y sus avatares.
La razón ha dejado al hombre
libre, pero la libertad ha sido su plantada por el peso puro y legal de los
casos donde con el concepto realizable de todo lo que está expuesto en un
imperativo categórico de la morfología resistible de nuestro cerebro.
El conocimiento de la base cultural
e inadmisible de Dios, el tiempo, la vida y el hombre. Toda teología natural y
todo un raciocinio humano choca con las ideas y todo lo sensible.
Todo el imperio anacrónico de lo
que es la realidad siendo así que es algo conocido que formula la expresión que
cuando el ser piensa es porque su psique está suplantada por el soporte que le
ha hecho y le ha dado paso la vida.
La vida no sólo es pensar y
concebir cuanto rodea al hombre.
Ya no habrá caminos ni más
fuentes que el hombre pueda llevar a un camino hacia la evolución precoz.
Las percepciones del tiempo, todo
lo que en la plenitud de las cosas el ser encuentra; un campo emocional que
repercute sobre la fase matemática que relaciona el ente como el consenso de
una fase que unifica la relación expuesta en los espacios y los términos con un
sentido opuesto al conocimiento del tiempo, que radica en la posición perpetua
de las grandes obras generalizadas del mundo y de todo lo que se entiende por
campo universal desde todas las áreas del pensamiento y de la razón.
LA MORATORIA DE ACTITUDES QUE
NECESITA EL SER ES LA VENTANA DE SU SABIDURÍA SOBRE LA QUIETUD DEL
ENTENDIMIENTO Y RAÍZ CUYO EXPONENTE ES EL VALLADAR DE UNA FASE QUE UNIFICA LA
RAZÓN MÁS QUE TODO LO QUE EL HOMBRE SE PERMITE ALCANZAR POR LA CONJUNCIÓN DE SU
SABIDURÍA Y SU NATURALEZA.
TODO LO NATURAL SE TRANSFORMA EN
UN CAMPO DESTINADO HACIA OTRO ECUÁNIME A TODA PULCRITUD DONDE TODO LO MEJOR QUE
EL SER PUEDA INTERFERIR COMO LA UNIDAD SUPERLATIVA DESDE LA CUAL EL SER
VOLVIESE A DESARROLLAR UN SENTIDO EN EL CUAL LOS HECHOS HISTÓRICOS TRANSFORMAN
LA SENSACIÓN DE TODO LO QUE QUIERE EXPONER.
LA CONSTATACIÓN DE LA SABIDURÍA SOBRE EL HOMBRE LLEGÓ A RELACIONAR EL DECIR TODO LO QUE SE EXPONE ENTRE LO QUE SOMOS, LO QUE PODEMOS Y QUEREMOS, DENTRO DE TODO LO QUE SOCAVA UNA DIMENSIÓN EN CUANTO A LA VIGENCIA HUMANA QUE TRASPASA LO QUE LOS SIGLOS DE LA HISTORIA Y DE LA VIDA LE HAN HECHO VER.
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