Ante la incertidumbre de un semáforo
rojo puesto en la conciencia por la disconciencia disfuncional, de una
partitura discapacitada, disuasoria del aparato capitalista, cuyo motor ha sido
el orgullo de las mayorías intentando oscurecer al mundo con el dinero e
intentando poner fin al mismo destruyéndole tratando de absorber las minorías
proletarias, por el lujo y la arrogancia de la llamada a la vez religión, o
como decía Mao el opio de todos los pueblos y civilizaciones hasta nuestros
días absorbiendo las ideas, la cultura, desbordando falsas imágenes, dinero
sobre los mercados y viceversa.
Mi casa es casa de oración y no
cueva de ladrones como Jesucristo dijo desde la base más exacta de la pureza
sobre el espíritu y la moral de la conciencia humana engañada por el péndulo
del taño contra la moral, la morada humana y el espíritu racional sin fase
activa ni afectiva bañadas por orgullo y las corrientes de la razón, sin
conocer cuál es su base ni sus principios desde el trabajo al sufrimiento. “El
que no trabaje que no coma.”
Dicha frase del introductor del
comunismo en el mundo, “Jesucristo”, ha venido asustando a las masas y a la
historia del hombre a las que tratan de imponer ideas con dinero y a las que
tratan de imponerlas de cualquier manera religiosa sin saber lo que quieren
decir o lo que han querido decir ni mucho menos, lo que él dijo intentando
ayudar a las necesidades poniéndoles el miedo por pantalla sin saber qué es lo
que quieren ni lo que han querido hacer, el objetivo de la realidad, sobre su
misticismo , sobre el trabajo que se sigue desconociendo por el hombre y por la
metafísica en consecuencia de todo lo activo por la vida.
TODO CUANTO SE CONCIBE POR LO
EXPUESTO NO SE CONOCE DEL TODO POR LAS PAUTAS QUE EL HOMBRE HA QUERIDO REALIZAR
CONVIRTIENDOSE COMO DECIA HOBBES EN UN LOBO PARA EL MISMO.
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