Tras una larga etapa de
artilugios históricos y temporales que narran el umbral de la presencia humana en el tiempo en su larga andadura, destaquemos sin socavar la
presencia de la mujer en el mismo y su
largo argumento instrumental del trabajo y el mundo obrero en todos sus estatus
junto al arsenal diario de la atalaya de la vida que sucumbe en los
procesos del esfuerzo y la solidaridad.
Es de destacar el mundo obrero
como marco social y, mano izquierda que
la unión y la fuerza vital junto al reflector de la
pantalla que ilumina el perfil estético y social unido a todos los preámbulos
de la realidad y social unido a
los preámbulos de la realidad oculta, pulida en la
muralla de la historia
Una historia milenaria que ya no
solo luzca en la plenitud humana, viviente en
la panorámica del tiempo.
Pauta al hombre que unido al
mismo destaca la importancia moral que ha predominado durante tantos siglos durante tantos siglos
durante los dos milenios sobre la aristocracia y las altas clases sociales
desde cualquier corriente ideológica o
de la filosofías o vertiente o vertiente en las que se han masificado la
función, la importancia y la unificación
social de la
mujer desde cualquier meta en base a la vida y toda su integridad.
Sin que el universo ni la física
cuántica tenga que ver con la base del
trabajo y del esfuerzo humano también le ha unido a la cronología de los
espacios del mismo en el ebullir
de cada día y de los años en el que las vertientes sociales
enlazadas entre el dinero y el capital han fulminado la pureza
desde la historia. Si la historia
es pura fue porque corrió por la ella la
sangre de las lágrimas.
LOS PILARES DE LA HISTORIA SE VOLCARON SIEMPRE HACÍA LAS PARTES MAS DÉBILES DE LA VIDA. CUYAS FÓRMULAS EN ALGUNOS EPISODIOS FUERON INENARRABLES
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