jueves, 19 de octubre de 2017

SOBRE EL TEMPERAMENTO Y NUESTRA SANGRE





SOBRE EL TEMPERAMENTO Y NUESTRA SANGRE

En el camino y en el tiempo, nuestra vida es una lucha fugaz y tenaz que encauza y canaliza toda fase y todo factor de todo cuanto somos.
Un campo funcional, bilógico, empírico, racional y un componente psíquico y espiritual de nuestra vida. Todos hemos estado al borde de algún precipicio y nos ha tocado reflexionar, sobre nuestra conducta y nuestros hechos.
Es nuestra conciencia como apartado vital de nuestra neuma y contexto, por el cual nuestra vida pasa de un estado violento a un estado de paz y tranquilidad.
Si somos una pauta diminuta que sufre alteraciones en nuestra conducta o porque algo esta ahí que hace latir nuestra sangre en nuestra vivacidad de las funciones motoras.
Desde la antigüedad se sigue estudiando para acá todo lo relacionado con nuestro temperamento y las áreas funcionales que simbolizan nuestra vida.
Hoy ya no se puede decir este filósofo escribió esto o el otro dijo otra cosa.
Porque todo va unido al resultado de la exactitud.
Si miramos a la antigua Grecia donde médicos como Hipócrates o Galeno desde el latín “témperamentum” hablaremos de una conducta psicológica que nos envuelve. “Flemática, sanguínea, melancólica y colérica”. Todo despierta al miedo y a la esclerosis envuelve a nuestro espíritu.
 Unos conocen y unos nacen con mucho espíritu y otros con menos y ninguno de los temperamentos es el mejor.
La buena o la mala suerte, nuestra sustancia interna, la vivacidad de nuestra sangre y toda nuestra neuma envuelve nuestro interior y concluye en decir. Todos somos todo y nadie es nada. Desde los que mas tienen, nada tienen y desde los que menos tienen, tienen riqueza interior, si dominan en sí cuantos son y les permite ser ricos en la pobreza.
Nadie puede ni accede ni incide ser violento si no conoce su sangre y su congruencia psíquica y vital.
Todos tenemos fuerza pero no todos tenemos el mismo nervio.
Nuestros antepasados, los aborígenes y la misma historia del hombre y del ser, es un mundo temperamental, Psicoconductual, literal al tiempo, al borde de nuestras circustancias y adversidades, argumental y metafísico desde cualquier ángulo, a título personal de cada ser uno más o menos distinto dentro de su propia persona.
Nuestro por qué o nuestras formas apartados simbólicos referentes a la vida, al comportamiento, a los conceptos humanos y a la historia desde los compases más complicados que pasajes de la vida antropológicos, donde todo hombre y todo ser es una misma raza y todas las personas de la civilización somos una causa y un efecto de un elemento fugaz de nuestra vida que es el fuego, desde cualquier ente filisófico o biológico.
La física del ser es la causa y el efecto de una morfología moral que es un compromiso de la historia.
Todo viene a ser un compromiso histórico y a la vez moral que alumbra e ilumina nuestro camino que denota cuanto somos y lo que somos desde nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso, nuestra neura, nuestra sangre, nuestra psique y nuestra alma y espíritu como el funcionalismo elíptico de la tierra que junto al sol y su recorrido de la misma elipse desde el horizonte hasta el poniente.
Nuestra sangre es todo un recorrido vivaz en que encauza nuestra vida por muchos análisis clínicos, nuestra sangre unida a la metamorfosis corpórea cambia nuestro proceso temperamental sea del grupo que sea y viceversa.
Un campo vital y pseudomorfoligico que se activa y se apaga junto a nuestros conductos y que canalizan todo complemento vital que encierne una fuente de agua viva limpia y clara.
Si la metafísica, es nuestro ser y a la vez el universo unificado, a la trayectoria de nuestro recorrido por el tiempo. ¿Qué seriamos si nuestro ser no tuviera un significado temperamental y una mirada al universo? .
De otra forma que subyace es que nuestra mirada a nuestro ser es todo un cambio de fuerza que sublima toda la acción de nuestra vida.
El universo nos envió, la tierra nos crio, el creador nos dio la vida y un ángel que nos protegió que a la vez es la unidad de nuestro ser y podríamos decir.
Que un libro es nuestra vida y los procesos que envuelven la misma, una sustancia, un efecto y la acción de nuestro recorrido por el tiempo y a la vez somos toda una generación.
Un carro de dos ruedas que camina junto al viento y una memoria que transmite nuestro conocimiento.
SI LAS CONTROVERSIAS DEL SER FUESEN UNA MIRADA AL MUNDO Y NUESTROS OJOS UNA VENTANA, EL RITMO DE NUESTRA PERSISTENCIA NO SERIA UN DIAGRAMA VECTORIAL, FISICO Y LA SOCIEDAD HUBIESE MIRADO LOS CAMINOS DE LA EVOLUCION.
SINO QUE TODO ELLO NO SE PUEDE PERDER EN UNA HOJA Y EN UN PERGAMINO ESCRITO.
TODO ELLO A LA VEZ, TIENE UN SENTIDO ALCALOGENO DE SECUENCIA EN LA QUE NUESTRO TEMPERAMENTO ES UNA LUZ DIFUSA QUE TRANSFIERE AL SER POR LAS CUATRO ESTACIONES Y LOS PUNTOS CARDINALES.
UNA BATALLA DE TODOS CONTRA TODOS QUE SOMOS UNA VIDA EN LUCHA DONDE A LA VEZ SOMOS UNA ESPECIE VITAL DONDE SOLO SOBREVIVEN LOS MAS FUERTES Y QUIENES MEJOR SE ADAPTAN AL MEDIO.
TODO Y JUNTO A UN NICHO VIVIENTE EN EL CAMINO Y EN EL RUMBO PERSISTENTE DE NUESTRA VIDA POR LA QUE TENEMOS QUE LUCHAR Y SOBREVIVIR Y SI ALGO HAY DE NUESTRO TEMPERAMENTO HAGAMOS FE DEL DICHO:
LA MUSICA AMANSA A LAS FIERAS.








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