EL MÁS ALLÁ: UN MISTERIO EN LA ÚLTIMA DIMENSIÒN.
Por cada momento en que vivimos es también un elemento en el
que morimos. Por muchos caminos para concluir, un misterio para calcular y
pensar.
Muchos estudios matemáticos han hallado la persistencia de
las magnitudes físicas de los cuerpos
apócrifos para la vida y su persistencia en el tiempo.
Cada minuto que pasa es una dimensión eterna en el universo
y en el tiempo.
Una física vectorial que recorre todo el ángulo de acción de
nuestra vida.
Como podríamos entender que un campo algebraico pasaría a
formar parte de toda la exactitud metafísica hallada en la vida como para medir
nuestro destino en números digitales.
O entender que existe un mundo paralelo al nuestro que
procesa nuestra vida en nuestro recorrido por el tiempo.
Son muchos los fundamentos estudiados en la historia de la
filosofía, pero hasta ahora de un mundo ajeno a nuestro paralelismo y a toda
circunstancia.
Totalmente sería entender un cálculo generalizado, donde
recurren todos los fenómenos del tiempo.
Saber de un triángulo por ejemplo escaleno es un campo
indeterminado cuál recurrir en la expresión de un número escalar, que diamboliza
todos los sectores en el que están unificada todas las fases por las cuales
queda un lado por escalar, que seria un lado por hallar a si sería, un ángulo
cuadrangular suponiendo que el infinito fuese así.
Cuatro lados divididos por la cuadratura de un círculo
añadido al infinito.
Así habremos entendido el significado por el que nuestra
vida es un ángulo desconocido en el tiempo, por el cuál matemáticamente no se
puede dividir ni disuadir.
Solamente por la historia del hombre en el tiempo y por la
difusión física de la evolución o una temperatura que ha hecho latir e
incrementar la frecuencia de nuestro corazón.
Todo ello en la cúspide de un mundo eterno donde existe una
luz diáfana en todos los panoramas persistentes en el universo y el tiempo
indescifrables.
Un campo lineal y diferencial desde todos los lados donde
existe una sustancia y un movimiento.
Nuestra persistencia, en el tiempo no termina nunca en lo
cuál existe otra persistencia donde radica un misterio muy lejano en el mas
allá.
Un misterio y una frecuencia donde la evolución es una
dimensión que sería en final de todas las medidas físicas halladas.
Ya no solamente podremos hechar mano a las sagradas
escrituras donde ya no quedan cálculos metafísicos para poder medir el tiempo o
un campo a fin a nuestro espíritu y a nuestro criterio interior que esta
fraguado en la temperatura de nuestro ser o encontramos en un punto de la
llamada realidad clara desde donde podemos entender que el mas allá dentro de
ser un misterio es un campo determinativo que se extiende a medida que
transcurre el tiempo en una línea recta indefinida cuyo calculo sería el
resultado anómalo del infinito, o la
persistencia de un mundo eterno en la consecución de nuestra vida desde lo mas
verosímil que es nuestra presencia en el tiempo o nuestra morada terrenal.
Dar un paso en el cuál se mueven nuestros sentidos, nuestro
conocimiento y la exactitud de todos los campos de la lógica existencial y
terrenal de nuestra vida desde todos los apartados de la difusión en el cual se
mueven todos los efectos de la realidad.
.
Todo un mundo sumiso
en el que la realidad indica los resultados positivos y negativos de la
frecuencia humana en la tierra, pasando por todos los procesos de nuestra vida, y
esta puesta en sus dos hemisferios y desde el lado de la existencia desde
nuestro nacimiento hasta nuestra muerte.
Un cuerpo hallado en el sentido de un mundo orientado por la
luz de las distancias estelares. Hacia un plano cuya magnitud supone que la luz
del tiempo es una dimensión donde el vacío es una relación existencial de
los campos inocuos paralelos a nuestra existencia con sistemas absolutos y relativos
desde el borde mas numérico y absoluto de materia.
Desde todos los puntos de posición donde cualquier camino
indica a una relación paralela complementa un mundo cartesiano representado
por las funciones consecuentes de nuestra vida, y nuestra presencia humana en
el geoide como un mundo pasajero y a la vez mensajero en la penumbra del tiempo
o la misma cara oculta de la luna que va dirigida por la consecución
astronómica de la elíptica de la tierra tanto en posición desde el Afelio, el
Perhelio en la cara de la luz por una parte y la oscuridad por otra, en los
movimientos de la tierra y la propulsión magnética de nuestro satélite en
función del Geoide planetario.
Así de esta manera y desde una magnitud física hallada
nuestro proceso por el tiempo y nuestro paso por el tiempo donde no pasa el
tiempo por nosotros sino nosotros por el tiempo.
DESDE LA MISMA GRAVEDAD DE LA TIERRA DONDE EL MAS ALLÁ A
PESAR DE SER UN MISTERIO ES LA REACCIÓN DE PERSISTENCIA CUYO RESULTADO ES EL
COEFICIENTE DEL INFINITO O EL MISMO
RELOJ DEL TIEMPO DESDE DONDE NUESTRA MEMORIA ES UNA LÍNEA IMAGINARIA QUE
GRAVITA EN LA CONSECUCIÓN DE UN RELOJ MECÁNICO QUE MIDE TODAS LAS ÁREAS Y
FÓRMULAS DE LA EXACTITUD DEL TIEMPO.
DONDE NUESTRA VIDA TIENE UNA MORFOLOGÍA ASTRONÓMICA Y
NUESTRA PRESENCIA EN EL TIEMPO SON LOS MISMOS HEMISFERIOS DE LA TIERRA Y EL MÁS
ALLÁ ES LA PERSISTENCIA SISTEMÁTICA DE TODAS LAS DIMENSIONES Y DISTANCIAS.
TODAS ELLAS EN LA ÚLTIMA DIMENSIÓN HALLADA EN TODAS LAS
MEDIDAS DEL INFINITO.
EL ORDEN DE LA PRECISIÓN Y TODAS LAS DISTANCIAS.